miércoles, 28 de enero de 2009

Me cago en... ( Antología teatral de la Asociación de dramaturgos de Córdoba)


Esto de no poder olvidarme ni un segundo de tu cara y de tu forma de caminar, de tus manos, de tu manera de hablar y retar. Estoy enojada con el mundo. Con alguien. Con la vida. ¿Por qué? Porque mil y una vez me lo pregunto y no obtengo respuestas. Te vi y se me paralizo el alma. Te vi. Nada más. Te veo cada vez, te veo y tiemblo, y ya no sé si es emoción o angustia, ya no sé si es alegría o dolor. Todo lo que sueño es contrario a lo que soñás. Todo lo que busco es del otro lado de donde estás buscando. Sueño con tus ojos y con tu cara, con tu nariz, y tu espalda, eso; siempre sueño con tu espalda. ¿Porqué será? Te veo y tiemblo. ¿Te lo dije no? Y si no te veo tiemblo de ganas de verte. Y me enojo. Vivo enojada. Vivo con bronca. Porque no puedo hablarte y decirte “loco, te quiero” porque creo, creo, no estoy segura, que para vos el amor es otra cosa, ¿no? Conocerse. ¿Conocerse? Cuando te conoces el amor se va. Fluye como si estuviera en el cordón de la vereda, como si fuera agua que se va por las cañerías. Tal vez te quiero porque te conozco, y porque lo que conozco de vos me hace temblar, y a lo mejor, si no te conociera, no te querría, o te querría menos, o te querría de otra forma. Pero lo mismo: el amor, para vos y para mí, son cosas distintas. Pasan por otro lado. Necesitamos cosas diferentes. Vos, no compromisos, yo abrazos, vos no noticias y yo mil diarios, vos viajar por el mundo y yo encontrar mi lugar en este mundo que es imposible cambiar. Distintos. Edades distintas, pensamientos distintos, búsquedas que nos alejan. Palabras que salen de tu boca como un vómito, que salen de la mía en cuenta gotas, porque no puedo hablar cuando te veo, porque tu presencia me bloquea, porque te quiero. ¿Te jode que te diga esto? Yo que creí que no creía en nada, creo en vos. Que loco! Porque no querés que crea en vos, y haces lo imposible para que no crea. YO, estoy acá, sentada, escribiendo, por dos razones. Porque te quiero como sos. Porque aunque nadie lo crea, ni siquiera…Creo en vos. Y es como que las palabras no bastan, y la cabeza se aturde de remolinos, de pensamientos desordenados, de cosas, sí de cosas que no tienen que estar. Pero es un lío esto de pensar, porque uno, o por lo menos yo, no pienso lo que quiero, pienso lo que siento, y lo que siento me bloquea. Bloqueada por un par de ojos, unas manos, una mirada furtiva, un silencio, palabras y más palabras que trato y no puedo entender, o que se yo, no quiero entender. Encontrarte en el mundo, en mi realidad, fue terriblemente hermoso, fue horrorosamente fantástico, alucinante, genial, el tiempo que pasamos juntos, evitablemente hermoso. Descubrir que el mundo no es solo sombras. Que hay luces, y vos sos una. Un flash. Pero los flashes duran segundos, es un click, primero ese de volar y volar y pensar que es eterno, después reventarte contra una pared, darte la cabeza sobre ese muro duro y decir, ya está, fue un flash, que infeliz. Sentimos distinto, yo por vos, vos por mí. Mejor dicho, siento por vos, creo que no sentís por mí, o si… pero no lo mismo ¿entendés? Si supieras como late este corazón, si pudieras entender que no se busca sentir, simplemente se siente, y porque sí, sin ninguna razón. Conocer, desconocer, saber, no saber, estar, no estar. Me devolviste algo que ya no tenía. Creo que te lo dije. Me diste ganas de creer. También volvió la vergüenza por sentir. Está todo, todo junto. Admiro de vos lo que no conozco de vos, no solo lo que vos querés que yo conozca, sino lo que puedo conocer sin que te des cuenta, tus ojos que dicen muchas palabras, tu pelo, tus manos que cuentan historias. Te quiero, entero, sueño con vos dormida y despierta, sueños dulces, sueños bravos, sueños cortos y largos, sueños… Cuando me despierto, me doy cuenta que son eso, mil sueños, mil irrealidades, y que estoy y que estás lejos. Pero te siento cerca, muy cerca, dentro, muy dentro. El otro día sentí tanto tanto, y no se va esto que siento, es como tenerte dentro mío aunque no estés, y no es solo eso de estar, y poder besarte o no. Es más. Es mucho más. Un beso es tocar la luna. Un fuego que me lleva y me estrella en vos. Estoy peleando conmigo para ya no sentirte, pero ¿sabes algo? No puedo, NO quiero. No loco, no puedo ni quiero. Tenés esa extraña energía que me hace falta, que quiero y que deseo. En este momento te comería, te besaría hasta enloquecer, te daría todo lo que me pidas, y solo te pediría, que no te fueras tan pronto.

1 comentario:

  1. MUY BUENO. ME SENTII IDENTIFICADA. :)
    ME GUSTA LO Q PUBLIICAS.

    ResponderEliminar