sábado, 8 de mayo de 2010

Me juego el corazón?

Todavía no hechás raíces y ya vas en busca del sol, puede ser fuerte el topetazo de querer cantar un blues y no saber qué es un bemol, con alas de oro no se puede volar. Correrme de la parte más oscura boicoteadora que hay en mí no es soplar y hacer botellas, no, pero no quiero a ese cobarde que dice a todo que sí, insomnio tiene el que no está durmiendo con el campeón que habita en sí. Y puede ser más fácil el ruido que las nueces, treinta velas al orgullo y raticida a la humildad. Puede ser más fácil desconfiar de una je t’aime para no tener que afrontar el desafío carpe diem. Si para recobrar lo recobrado debí perder primero lo perdido, si para conseguir lo conseguido tuve que soportar lo soportado, si para estar ahora enamorado fue menester haber estado herido, tengo por bien sufrido lo sufrido, tengo por bien llorado lo llorado. Porque después de todo he comprobado que no se goza bien de lo gozado sino después de haberlo padecido. Porque después de todo he comprendido que lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado. ¿Cuántas caricias recibís al día por cagar más de lo normal? La imitación es el peor suicidio teniendo en cuenta que morir nos vamos a morir igual. Morir en vida es tan absurdo, viejo, como alterar lo natural. Como la abeja pica y muere obedeciendo a la natura mis entrañas se van en cada canción. Y yo no creo en ese cuento del destino, qué es lo bueno, qué es lo malo, soy buen hombre y ya. Me juego el corazón!

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