viernes, 16 de octubre de 2009

El surco del deseo

El pecho que toca pechos. la cintura que siente cintura, el sexo que roza sexo, toda esa sabrosa red de contactos, aunque se verifique a través de sedas, casimires, algodones, hilos o telas más bastas aprenden rápida y definitivamente la geografía del otro territorio, que llegará, o no, a ser amado, pero que por lo pronto es fervorosamente deseado. Después de todo el germen del amor tendrá mejor pronóstico si se lo siembra en el surco del deseo
Mario Benedetti

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